El año 1685 tiene para mí una significación especial, pues fue el año en que nació Juan Sebastián Bach (1685-1750) —es curioso que actualmente decimos “Juan Sebastián”, pero en vida todos lo llamaban “Sebastián” o “Sebi”, nada de “Juan”—. De pequeño yo quería ser organista como Bach… pero eso es otra historia que no viene al caso ahora.
El año 1685 también fue el año en que nacieron otros dos grandes músicos del barroco: George Friedrich Haendel (1685-1759) y Domenico Scarlatti (1685-1757). Es precisamente este último a quien me voy a referir en este breve artículo. Domenico fue el sexto de los diez hijos del gran músico Alessandro Scarlatti (1660-1725). Nació en el reino de Nápoles, que por aquel entonces aún pertenecía a la corona española. Alessandro fue un compositor muy prolífico y fue él mismo quien se encargó de la formación musical de su hijo Domenico. Los dos Scarlatti dejaron su propia impronta musical: el progenitor desarrollando el lenguaje de la ópera e incluso haciendo evolucionar la obertura operística hasta convertirla en una “proto” sinfonía —un buen ejemplo es la obertura de su ópera La Griselda—; el vástago, años más tarde, desarrollando el lenguaje de la sonata para clave —compuso más de 550 sonatas—. La fama de Alessandro eclipsó a su hijo Domenico. De hecho, llegó un momento en que Domenico decidió volar del nido para medrar en su carrera profesional como músico, lo cual lo llevó hasta Portugal para ejercer de maestro de música de la infanta Bárbara de Braganza. Cuando Bárbara se casó en 1729 con el heredero al trono español, el Príncipe de Asturias, el futuro rey Fernando VI, Scarlatti la acompañó a España, primero a Sevilla durante cuatro años y posteriormente, en 1733, a Madrid, donde fijaría su residencia hasta el fin de sus días.
De la vida de Domenico Scarlatti se sabe poco. Tuvo nueve hijos, cuatro con su primera esposa italiana y cinco con su segunda esposa española. Vivió en el número 35 de la Calle de Leganitos, en Madrid. Fue maestro de Antonio Soler (1729-1783). Su adicción al juego y las apuestas lo llevó al borde de la ruina si no fuera por la intervención de la reina consorte Bárbara de Braganza. Resumir los 71 años de vida de vida de Scarlatti en apenas cinco renglones es tan impreciso como injusto, pero invito a indagar a quien así lo desee. De momento nos quedamos con su música. En los siguientes vídeos se puede ver al pianista madrileño Julio César Setién interpretando al piano tres de las sonatas Domenico Scarlatti:
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1685 is quite a significant year for me. It was the year Johann Sebastian Bach (1685-1750) was born —it’s somehow funny: presently we tend to say “Johann Sebastian” but in his lifetime, Bach was called “Sebastian” or “Sebi”, not “Johann” at all—. When I was little, I wanted to become an organist like Bach… but this is another story for another occasion.
1685 was also the year when two other great musicians of the baroque were born: George Friedrich Haendel (1685-1759) and Domenico Scarlatti (1685-1757). It’s precisely the latter that I want to refer to here in this article. Domenico was the sixth child -of a total of ten children- of the great musician Alessandro Scarlatti (1660-1725). He was born in the Kingdom of Naples, which bach then belonged to the Spanish Crown. Alessandro was a really prolific composer and he himself took care of his son’s musical education. Both Scarlattis, father & son, left their own strong imprint in music: Alessandro changed the language of opera and developed the opera overture turning it into a sort of “proto” symphony —a good example of it is the overture of his opera La Griselda (1721)—; Domenico, some years later, developed the language of the keyboard sonata —he composed over 550 of them—. Alessandro’s fame eclipsed Domenico’s career as a musician. In fact, Domenico decided to fly the nest in order to develop his music career away from his father’s fame. So he left for Lisbon where he worked as a music teacher for princess Barbara of Portugal. When Barbara married the Prince of Asturias, the future Ferdinand VI, in 1729, Scarlatti moved to Spain with her, first to Seville and four years later to Madrid, where he would live until his final days in 1757.
We know very little about Domenico Scarlatti’s life. He had nine children, four with his first wife, and Italian woman, and five with his second wife, a woman from Cadiz, Spain. Domenico lived at 35 Calle de Leganitos in Madrid. He taught Antonio Soler (1729-1783) among others. His adiction to gambling brought him to the edge of ruin. It was Barbara, the queen consort of Spain, who saved him and paid off his gambling debts. I think it’s both imprecise and unfair to sum up Scarlatti’s life in just five lines, but I invite you to find out about his life. Luckily, we have his music. On the following videos, you can see the Spanish pianist Julio César Setién playing some three of Scarlatti’s sonatas:
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