
La historia, ese relato que hacemos de los sucesos que conforman el devenir de la humanidad, ese relato sobre tantísimas personas que no llegamos a conocer más que por lo que otras dicen o escriben de ellas; la historia, esa que se reescribe según el gusto y principios de cada época… Esa historia, jamás será verídica. Una historia esencialmente verídica no es posible más que en la más estricta ficción. Una historia ficticia y literaria. Sólo en la ficción literaria puede alguien inventar unos personajes y acontecimientos para adueñarse de ellos de forma absoluta e inequívoca. Toda historia no inventada no es más que una pobre aproximación a la realidad, pura interpretación. La historia estrictamente ficticia es la más auténtica, es tal cual la cuenta su autor. Por eso es verídica.
