Escribo estas palabras apenas pasados unos minutos de una sesión sónico-meditativa de un poco más de seis horas. Ese es el tiempo que he invertido en escuchar de una tacada el Cuarteto para cuerda n.º 2 de Morton Feldman (1926-1987). No es fácil resumir esa experiencia de seis horas en unas pocas palabras. En honor a la verdad, he de decir que me lo planteé como un pequeño reto. ¿Sería capaz de aguantar 6 horas y 8 minutos escuchando con atención plena esas lentas sonoridades tan peculiares? Decir que he pasado esas seis horas con atención plena es mucho decir, porque durante ese tiempo la mente tiene tiempo de sobra para divagar y perderse en marañas de sensaciones y pensamientos. Y tampoco puedo afirmar que esta sesión me sirva para ser mejor persona, aunque esa fuera mi intención al comenzarla. La meditación no te hace mejor persona: solo te permite pasar tiempo contigo mismo y convertirte en observador de tus pensamientos, emociones y sensaciones. No obstante, sí que tengo la certeza que esas horas de escucha en estado de atención plena dejarán su poso en el cerebro. ¿Cuál será su efecto? Lo ignoro. Quizás algún día a alguien le dé por estudiar mi cerebro, nunca se sabe. En cualquier caso, sí que estoy convencido de que afrontar retos -y para mí esto lo era- nos hace ejercitar nuestra capacidad de resiliencia. Y para resiliencia la de los intérpretes de esta obra: el Cuarteto Flux. Yo he pasado seis horas escuchándolos, pero ellos pasaron otras tantas tocando instrumentos con todas las dificultades que una interpretación tan larga conlleva.
Quizás ocurra -aunque eso no me gustaría- que realmente mi empeño por mejorar mi capacidad de escucha haciendo estas cosas inusuales sea en vano. Como vana pudo también ser la lectura, hace años, de El hombre sin atributos de Robert Musil (1880-1942). En cualquier caso, considero que tanto escuchar el Cuarteto para cuerda n.º 2 de Feldman como la lectura de la novela de Musil -por cierto, novela que se cita con cierta frecuencia en círculos “culturetas” e “intelectualoides”, pero que poquísimas personas han leído realmente- son dos hazañas de las que me siento satisfecho. En la vida, se trata de eso precisamente: estar satisfecho de lo que uno hace y ser consciente de ello.
Michael Thallium
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I write these lines just after spending about six hours listening to the String Quartet No. 2 by Morton Feldman (1926-1987), quite a sonic-meditative experience for me. It’s not easy to summarise six hours of mindful listening in just a few words. To be honest, for me this experienc has been a little challenge. Would I be able to hold out and spend 6 hours and 8 minutes listening to these slow sonorities, so peculiar? I cannot say I have spent the whole of these six hours in total mindful state. Your mind has quite a good chance to wander over six hours. You really have plenty of time to get lost and trapped in a web of thoughts, feelings and sensations. Neither can I state that this listening session would help me to become a better person, although that was my intention when I started it. Meditation doe not make you a better person: it just allows you to spend some time with yourself becoming an observer of your thoughts, feelings and sensations. However, I would like to think that these hours of deep listening will leave an imprint in my brain. What will be its effect? I do not really know. Maybe someday, someone decides to study my brain, you never know! Anyway, I do believe that facing challenges – and no wonder this was a challenge for me – makes us exercise our resilience capacity. And talking about resilience, take the interpreters (Flux Quartet) of this String Quartet No. 2 as an example. Yes, it’s true, I have spent around six ours listening to their recording, but they spent as many hours playing instruments and fighting physical and mental tiredness!!
Maybe my endeavour to improve my listening capacity by doing this kind of things is just useless. However, the one thing that wins is that I feel the satisfaction derived from this little sonic-meditative “feat”. In the end, that is what is all about in life: being aware and satisfied with what you do!
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