Ángeles desangelados

Acudo de vez en cuando al Cementerio Sacramental de San Justo. No porque sea creyente. Soy más bien un «agnóstico melancólico», como le gustaba decir de sí mismo al gran escritor José Antonio Abella, haciendo suyo ese motejo que le colocara su buen amigo el filósofo Mariano Martín Isabel. Cuando voy a San Justo, suelo […]