¿Qué tal si empezamos con una sencilla premisa? Los jefes son humanos. Con frecuencia necesitan ayuda para darnos lo que requerimos para ser buenos empleados, lo cual conlleva que tienes que estar preparado para pedir esa ayuda. He aquí tres maneras de prepararte para mantener esa difícil conversación con el jefe, conseguir lo que quieres y, además, fortalecer vuestra relación:
1.º Supera la frustración del pasado y separa los asuntos personales de los asuntos que realmente atañen al trabajo. Concéntrate en lo que necesitas para hacer mejor tu trabajo. Procura plantear el asunto con positivismo y de forma asertiva: “Quiero mantener una conversación contigo/usted para mejorar mi rendimiento. Tengo la impresión de que hemos caído en algunos patrones que limitan mi capacidad para ser eficaz y me gustaría reconducir el asunto.»
2.º Prepárate de 2 a 3 peticiones concretas de cambios que necesitas para estar más contento o sentirte satisfecho y ser más productivo. Si tus peticiones están bien argumentadas y no “cargadas emocionalmente”, será fácil debatir los asuntos y opiniones trabajando en un espacio de colaboración.
3.º Encuentra el modo de terminar la conversación con el «do de pecho», en un clímax sincero. Si la conversación ha ido bien o hay algo que tu jefe haga bien en general, ¡díselo! Las personas tendemos a olvidarnos de que incluso los jefes necesitan que se les valore y motive.
Y tú, ¿cómo te preparas para esas conversaciones a priori tan difíciles?
Michael Thallium
Global & Greatness Coach
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