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Ananda Sukarlan: un mes atareadísimo

Ananda Sukarlan: un mes atareadísimo

Ananda Sukarlan
Ananda Sukarlan, compositor y pianista.

Septiembre pasó y para mí fue un mes atareadísimo, aunque parece que estuviera disfrutando de la vida. El mes se abrió con mi concierto con la Orquesta Sinfónica Nusantara en Yakarta, y junto con mi amigo, el director de orquesta Addie MS, interpretamos la obra maestra de Yazeed Djamin, «Variación sobre la canción Sepasang Mata Bola» así como el breve “Concierto de Varsovia” del británico Richard Addinsell. El tema “Sepasang Mata Bola” es de una vieja canción del popular cantautor indonesio Ismail Marzuki, escrita durante los años de la guerra. Yazeed se las ingenió para elaborar y convertir esa canción en una especie de concierto para piano de 23 minutos, lo cual no es fácil si tenemos en cuenta que ni la propia melodía estaba completa. Incluso me contaron que Ismail Marzuki no sabía leer ni escribir notas, así que, obviamente, no pensaba en motivos melódicos ni en todas esas formas “intelectuales” de escribir música. De hecho, eso es lo mejor que hacía: escribir bellas letras y largas y sinuosas melodías. Para él era tan sencillo como abrir el grifo. Ojalá yo pudiera hacerlo sin todo ese conocimiento musical que adquirí durante mi educación y que solo sirvió para elevar el nivel de procrastinación y ansiedad al hacer cosas (artísticas). Beethoven sabía escribir toda una sinfonía jugando con un motivo tan tonto como tres notas cortas y una nota larga, pero prueba a darle una melodía larga y memorable como las de Ismail Marzuki y comprobar si sabría elaborarla para crear una sinfonía sin problemas. Recordad, jóvenes compositores: cuanto más sencillo y breve es un motivo, más fáciles y grandes son las posibilidades de elaboración.

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¿Por dónde iba? Ah, sí, un mes de septiembre atareadísimo. Después de esa actuación regresé a mi casa en España al día siguiente, pues tenía que escribir la música para la película «Hari Ini Pasti Menang» («Hoy ganaremos») del cineasta indonesio Andibachtiar Yusuf. La mayor parte de la música es para orquesta, y tuve la ayuda de mis amigos del Instituto de Música de Indonesia (IMI) para hacerla con el programa Reason 5. En un 90% Suena como una orquesta de verdad y, para hacerlo aún más real, también utilizo a algunos músicos humanos de verdad y los mezclo con los sonidos producidos por el programa informático. Escribir para orquesta, por supuesto, lleva por lo menos de 5 a 10 veces más de tiempo que escribir, por ejemplo, para piano solo; así que durante el pasado mes se hicieron unos 20 minutos de música orquestal para la película. El resto es para solos y música de cámara, y también toco algunas partes de piano (y solos) en la banda sonora. Gracias a Nia y Sammy del IMI por ayudarme con todos esos artilugios informáticos. Envío mi música a Sammy por ordenador y él convierte los sonidos y me los devuelve.

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Y durante la segunda mitad de septiembre, también comencé a practicar esa pieza gigante, colosal, pretenciosa que es la Sinfonía Turangalila de Olivier Messiaen. Es una obra para piano, ondas Martenot y gran (muy grande) orquesta que dura 1,5 horas, en diez movimientos. Tan solo la parte de piano tiene 140 páginas. No sé si es esta obra o el concierto para piano de Ferruccio Busoni la más larga del repertorio para piano y orquesta. He interpretado Turangalila varias veces, no todos los años, y siempre me acuerdo de lo más importante antes de salir al escenario: ve al baño, vas a tener que aguantar una hora y media en el escenario. También he hecho algo aún más pesado: interpretar “Veinte visiones del niño Jesus” del mismo compositor. Sí, son 20 movimientos y son para… ¡piano solo! También la he tocado varias veces, pero solo hasta hace siete u ocho años. Así pues, no hay descanso alguno, sin una orquesta que toque mientras tus pobres dedos descansan durante esa hora y media. Messiaen fue una especie de Bach del siglo XX, que escribió todo “dedicado a la gloria de Dios” y supongo que nosotros, los pobres músicos que interpretamos su música, deberíamos hacer todo lo posible por alcanzar es nivel sobrehumano de virtuosismo para estar más cerca de Dios. En cualquier caso, me queda apenas una semana, dado que el concierto está programado para el 15 de octubre en el Teatro Real de Madrid y se repetirá dos días más tarde, el 17 de octubre, en el Auditorio Nacional.

Bueno, basta de escribir y volvamos a practicar…

Ananda Sukarlan

(Adaptación al español por Michael Thallium. El original en inglés se puede leer en el blog del maestro Ananda Sukarlan. Para verlo, AQUÍ)

Si deseas leer más sobre Ananda Sukarlan, echa un vistazo a Ananda Sukarlan, España e Indonesia.

This article was originally published on Ananda Sukarlan’s blog

Ananda Sukarlan
Ananda Sukarlan

September has passed, and it’s been a super-busy month, although it seems like I was enjoying life. The month opened with my concert with the Nusantara Symphony Orchestra in Jakarta, and joining my friend, the conductor Addie MS we performed Yazeed Djamin’s masterpiece, «Variation on the song Sepasang Mata Bola» as well as the short «Warsaw Concerto» by Richard Addinsell. The theme Sepasang Mata Bola is from an old song by the late popular songwriter Ismail Marzuki, written during the war years. Yazeed managed to elaborate that song into a 23-minute sort of piano concerto, which is not easy, considering that the tune itself is so complete in itself. I was even told that Ismail Marzuki couldn’t read n write notes, so obviously he didn’t think of melodic motifs and all those «intellectual» ways of writing music. In fact, that’s the thing that he did best: writing beautiful lyrics and long, winding tunes. For him it was as simple as opening the tap. I wish I could do that, without all those musical knowledge I acquired from my education that only served to raise the level of procrastination and anxiety of doing (artistic) things. Beethoven could write a whole symphony by playing around with a motif as silly as 3 short notes and 1 long note, but try to give him a very long & memorable tune like Ismail Marzuki’s, see if he could elaborate it for a symphony without any problems. Remember, young composers: the simpler and shorter the motif, the easier and bigger possibilities it has to elaborate. __________________________________________________________________ Where am I? Oh yes, superbusy September. After that performance I went back home directly to Spain the day after, since I had to write the music for the film «Hari Ini Pasti Menang» («Today we shall win») by the director Andibachtiar Yusuf. Mostly the music is for orchestra, and I received help from my friends at Institut Musik Indonesia to do it with the computer program Reason 5. It sounds 90% like a real orchestra, and to make it even more real, I am using a few real, human musicians too to mix it with the sounds produced by the software. Writing for orchestra of course takes at least 5-10 times the time to write than for, say, piano solo, so around 20 minutes of orchestral music of this film was done during last month. The rest are for some solo and chamber music, and I am also playing some piano parts (and solo) in the soundtrack. Thanks to Nia and Sammy from IMI for helping with all those computer gadgets. I am sending Sammy my music through computer, and he converted to sounds and sends it back to me. ______________________________________________________________________ And during the second half of September I also started practising that gigantic, mammoth, overblown piece, Turangalila Symphony of Olivier Messiaen. It is a work for piano, ondes martenot and (very) big orchestra that lasts for 1,5 hours, in 10 movements. The piano part itself is 140 pages. I don’t know whether this, or Ferruccio Busoni’s Piano Concerto is the longest in the repertory of piano and orchestra. I have performed Turangalila several times, not every year, and I always remember the most important thing to do before going on stage : go to the toilet. You’d be stuck on stage for 1,5 hours. I have also done something even heavier : performing «20 visions on the child Jesus» by the same composer. Yeah, that’s 20 movements and it’s for … piano solo !! I’ve done it several times too, but that was until around 7 or 8 years ago. So, no rests at all, no orchestra playing while you rest your poor fingers during that 1,5 hours. Messiaen was a kind of 20th century Bach, who wrote everything «dedicated to the glory of God» and that we, the poor musicians playing his music should do anything to reach that superhuman level of virtuosity to be nearer to God, I guess. Anyway, I still have less than 2 weeks, since the concert is scheduled for the 15th of October in the beautiful Royal Opera House just in the garden of the Royal Palace (imagine having an opera house with a capacity of 2000+ in your garden!), and repeated on the 17th at the National Auditorium .

OK then, enough blogging and back to practice …

Ananda Sukarlan

Festival Internacional de Castañuelas