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Perspectiva 650.000

Perspectiva 650.000

Michael Thallium
Michael Thallium, Global & Greatness Coach

Hola. ¡Gracias y enhorabuena! Gracias por haber llegado hasta aquí; y enhorabuena, porque no ha sido fácil. Yo diría que si los milagros existen, este es, sin duda, uno de ellos. Para empezar, para que estés leyendo esto y más aún comprenderlo has tenido que pasar bastantes años de tu vida aprendiendo las miles de combinaciones entre a, b, c, d, e, f… y todas esas letras que conforman el “abecedario”. Pero no solo eso: aparte de aprender muchas palabras, también has tenido que aprender a combinarlas para que tengan algún tipo de sentido y, encima, da la casualidad de que tu anatomía -tu boca, tus labios, tus dientes, tu lengua, tus cuerdas vocales- te permite articularlas casi como si de tu respiración se tratara y eso que no he mencionado la cantidad de órdenes que tu cerebro envía para mover cada uno de los músculos que hacen que “casa” suene “casa” y no “caza”, por ejemplo. Por si fuera poco, da la casualidad de que compartimos el mismo código de comunicación al que llamamos español. ¡Créeme, es todo un milagro! Si ahora estuviera escribiendo en alemán no me entenderías a no ser que tú también comprendieras ese código. En el mundo en que vivimos a comienzos del siglo XXI el inglés se ha convertido en la lengua franca, pero eso no ha sido así siempre. Hace 150 años hubiera sido el francés, y unos cuantos siglos atrás, el latín, o el árabe, el griego… Por otra parte, si nos atenemos exclusivamente al número de personas que hablan una lengua nativa, la lengua mayoritaria hoy es el chino mandarín. Si estás leyendo y comprendiendo esto que escribo es porque tú y yo hemos nacido en una parte del mundo en la que el chino nos suena a eso, a chino.

Pero la cosa no queda ahí. Para que tú hayas llegado hasta aquí, tus padres en algún momento tuvieron que unirse, y lo mismo tus abuelos y los padres de tus abuelos y tus tatarabuelos… Son tan solo unas 80 generaciones las que nos separan del momento en que empezamos a contar el calendario en la mayoría de países del mundo, hace 21 siglos. No creas que 2.000 años es mucho tiempo. Nuestra especie, la que hemos convenido en llamar homo sapiens (el hombre que sabe o conoce), apareció hará unos 195.000 años. Si te parece mucho tiempo, permíteme decirte que estás muy equivocado. La Tierra data de hace unos 4.500 millones de años… Y antes que nosotros hubo otras muchas especies de las que ni siquiera sabemos. La Tierra es el único planeta en el que hay vida inteligente. Por mucho que soñemos o fanteseemos con encontrar vida en otro planeta u otro sistema solar, lo cierto es que estamos solos. Y así seguiremos, probablemente, algunos miles de años más.

Te lo repito: ¡gracias y enhorabuena! ¡Lo hemos conseguido, créeme, contra todo pronóstico! No hay nada como poner las cosas en perspectiva. Nuestras vidas, con todo lo importantes que son para nosotros, resultan insignificantes según la perspectiva que uno tome. Si convenimos que la vida media de una persona son 74 años en el momento en que escribo estas palabras, hay países en los que las esperanza de vida supera los 80 años y otros en los que ni siquiera llega a los 40, entonces apenas cada uno de nosotros pasa unas 650.000 horas en este planeta. Suponiendo que yo llegue a los 74 años, ya he consumido aproximadamente unas 372.000 horas, así que me quedan 278.000 por vivir. Cada una de nuestras vidas representa muchísimo menos del 0,01 % del tiempo transcurrido desde que apareció la especie homo sapiens en la Tierra. Somos un mero instante vital.

Sin embargo, no se trata tanto de cantidad como de calidad. ¿Para qué amargarnos la vida o amargársela a otras personas? ¿Para qué meterse en un tipo de relaciones que envenenan ese poquísimo tiempo que pasamos sobre la faz de la Tierra? ¿Qué nos impide ser felices y hacer felices a quienes nos rodean, a todas esas personas con las que nos relacionamos?

Si estás leyendo esto puede deberse a varias razones. Quizás me conozcas en persona y te provoque curiosidad saber qué escribo o puede ser que tan solo hayas oído mi nombre en alguna parte y te haya dado por leerme; lo más probable, sin embargo, es que hayas encontrado este artículo por pura casualidad, que ni siquiera me conozcas y, que por alguna razón que tú solo sabes, hayas seguido leyendo. En cualquiera de esos casos, una vez más: ¡gracias y enhorabuena! Gracias por haber compartido una ínfima parte de tu tiempo conmigo. Enhorabuena porque, de algún modo, hemos coincidido. Y si en algún momento he tenido, además, la inmensa fortuna de que formes parte de mi vida y que yo haya contribuido a tu felicidad igual que tú a la mía, te lo agradezco de corazón. No ha sido fácil. ¡Lo hemos conseguido contra todo pronóstico! Perspectiva 650.000.

Michael Thallium
Global Greatness Coach
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Michael Thallium, Global & Greatness Coach
Michael Thallium, Global & Greatness Coach

Hello! Thank you and congratulations! Thanks for making it to get here and congratulations because it hasn’t been easy. If there exist miracles, I’d say, no wonder, this is one of them. To start with, just the fact you are reading this not to say understanding it has taken a lot of work from your side. You have spent many years of your life learning how to combine thousands of different combinations among a, b, c, d, e, f… and all those letters which build up the “alphabet”. But it is not only that. Apart from learning lots of words, you also had to learn how to combine them so that they can make any sense to you or anybody else and, if that were not enough, it just so happens that your anatomy your mouth, your lips, your teeth, your tongue, your vocal folds allows you to enunciate them as easily as if you were just breathing and I didn’t mention the amount of orders your brain has to send to your many face muscles so that, for instance, “phase” sounds “phase” and not “face”. On top of that, we are lucky enough to share the same communication code, in this case, English. Trust me, it’s a miracle! If I would be now writing in German, you wouldn’t understand a word unless you could also understand that code. In the world we are living today at the beginning of the 21st Century, it seems English has become a lingua franca or bridge language. But it hasn’t always been like that. French would have been that bridge language roughly 150 years ago, and a few more centuries back, Latin, Arabic or Greek would have been the languages of reference. On the other hand, if we just look at the number of native speakers of a language, the most spoken language in the world is Mandarin Chinese followed by Spanish. If you are reading and understanding this, it is because you and me have been born in a part of the world where, what a paradox!, Chinese sounds Greek to us!

But it doesn’t stop there. In order for you to have gotten here, your parents had to get together and mate at a certain point, and so did your grandparents and the parents of your grandparents and your greatgrandparents’ parents… It’s only 80 generations that separate us from that moment where we started to count time in our modern calendar in most countries in the world, some 21 centuries ago. Don’t think 2,000 years is a long time. Actually, it seems to be very little. Our species, the one we agreed to call homo sapiens (the man who knows), appeared around 195,000 years ago. If you think that’s a lot, let me tell you you are quite wrong. The Earth dates back to around 4,500 million years… And before us, there existed many other species we cannot even think of. The Earth is the only planet which harbours intelligent life. No matter how much we want to dream or fantasize about life in other planets or other solar systems. The truth is that we are alone here. And we are likely to go on like this for some thousands of years more.

Let me say it again: Thank you and congratulations! We’ve made it, trust me, against all odds! There’s nothing like putting things into perspective. Our lives, as important as they can be to us, are insignificant depending on the perspective you take. If we agree that the average life expectancy of a person is around 74 years when I am writing these lines, there are some countries in the world where life expectancy is over 80 years whereas in some other countries it is less than 40 years, then, everyone of us will spend around 650,000 hours on this planet. Supposing that I ever reach 74, I’ve already used up 372,000 hours of my time here. So, I’ve only got around 278,000 hours more to live. Each and every of our lives represent much less than 0.01% of the time since the homo sapiens first trod the Earth. We are just a mere instant.

However, it’s not all about quantity but about quality. Why get bitter and suck the life out of ourselves or any other people? Why engage in any kind of a toxic relationship that only poisons the extremely limited time we spend on the face of the Earth? What prevent us from being happy and making those around us happy?

There may be several reasons why you are reading this. Maybe you know me in person and you are curious about my writing, unlikely; maybe you just heard of me or my name somewhere and you just ended up reading me, it could be; however, you are more likely to have bumped into this article by pure chance, you may not even know me at all and most probably we’ll never meet, but for some reason that you only know, you have kept reading to this point. In any of those cases, once again: I thank you and congratulations! Thanks for sharing a negligible part of your time with me. Congratulations because, somehow, we have just coincided. And if I have ever had the immense fortune that you are part of my life and I was also lucky enough to contribute to your happiness the same way you have contributed to mine, my heartfelt thanks to you. It hasn’t been easy. We have made it against all odds. Perspective 650,000.

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